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No me queda otra opción

 

Ya agoté todas las instancias

No me queda otra opción

que arrancarte de raíz;

aparecés en cada instante en el que estoy a punto de olvidarte.

Te despedí en tantas ocasiones

que ya perdí la cuenta,

de las veces que caí en la desilusión

por tu presencia

por tu ausencia.

No me queda otra opción

que desterrarte de las profundidades de mi mente;

y yo que lo digo

cómo si de tarea fácil se tratase.

Es cierto, quiero que te quedes

pero como no querés,

necesito que te vayas lejos

muy lejos,

si es posible hasta llegar a la nada;

si es necesario hasta llegar al olvido.

Así no podemos seguir

No me queda otra opción

que extinguirte, que extirparte.

¡Qué tarea dificultosa tengo en frente!

Si mi alma desea adosarse a la tuya,

mi corazón vibra al son de tus latidos

y mi mente te reconoce como éxtasis natural.

Pero así no podemos seguir,

se agoraron los intentos,

lamento que tengamos que acabar así;

después de acabar fallando tantas veces.

No tenemos opción,

es la única elección este desierto

que lleva al olvido,

que busca la sanación

y un pacto de calma para nuestros sentidos.

Hay que recorrer nuevos caminos

Hice lo humanamente posible

y quizás un poco más;

transmutando en locura a mi andar cotidiano.

Sin embargo terminaste por soltarme la mano,

ahora debo marchar, sé que no tengo opción.

Ojalá que ambos rehagamos nuestra vida,

yo sé que me merezco al mejor

y vos a alguien que cubra tus expectativas.

¡Qué pena! Porque realmente te quería,

le hacías bien a mis días,

renovabas mi ilusión.

Más todo aquello acabó

y seguir pensando en ello,

es clavarse a sí mismo agujas envenenadas.

Fuiste una linda canción, no voy a negarlo;

pero, ya se oye su conclusión, hay que aceptarlo,

pues no queda otra opción.